Orígenes de la Danza
El más temprano amanecer de la Danza entre nuestros semejantes que podamos documentar se remonta a más de 10.000 años. Aunque la falta de escritos en esa época prehistórica nos sume en ciertos vacíos de conocimiento, gracias a las manifestaciones pictóricas encontradas, por ejemplo, en las Cuevas de Altamira o la Gruta de le Gabillou, tenemos evidencias de la existencia de danzas con fines rituales.
Con el paso del tiempo encontramos un claro esplendor de la Danza en civilizaciones como la egipcia, griega y romana. En estos casos, como documentación, ya contamos con elaboradas piezas artísticas como bajorrelieves o mosaicos e incluso textos que ahondan en la finalidad de estas Danzas.
En el Egipto antiguo podemos ver cómo simples danzas usadas para ensalzar la reencarnación del dios Osiris logran evolucionar, impulsadas por los faraones, hasta el punto de solo poder ser ejecutadas por bailarines altamente cualificados.
En Roma la danza llegó a abarcar las celebraciones, los festivales y, también, las procesiones romanas. Aunque en 150 a.c. la nobleza romana denostó la danza tachándola de sospechosa y peligrosa. Esto llevó al cierre de las escuelas de Danza. Aunque gracias al emperador Augusto la danza se mantuvo latente con el surgimiento de la pantomima o mímica, una danza en la que la comunicación se establece a través de gestos y movimientos.
Con la entrada de la Iglesia Cristiana en el Imperio Romano y su auge en la Edad Media la Danza volvió a sentir el rechazo al ser relacionada con la lascivia. Esto se mantuvo durante toda la Edad Media, aunque algunas danzas paganas fueron usadas en cultos de la iglesia.
Ciertas danzas fueron usadas para consagrar la estacionalidad, celebrando el fin del invierno y la llegada de la primavera.
En muchos pueblos europeos se mantuvieron en secreto o de forma camuflada danzas para celebrar sus ritos religiosos. Incluso, un hecho tan traumático como los estragos que causó la Peste Negra llevó al nacimiento en secreto la Danza de la Muerte. Una danza que con sus movimientos intentaba representar la expulsión de la enfermedad del cuerpo.
Fue en el Renacimiento cuando la Danza mostró un gran esplendor. Gracias al mecenazgo de grandes maestros de la danza, en las cortes italianas y francesas los príncipes organizaban fastuosas representaciones con bailarines y músicos desarrollando complejas piezas de carácter mitológico. De este modo surgió el ballet y la ópera.
Desde sus orígenes la danza siempre se ha abierto camino en todas las civilizaciones formando parte de ellas. Rituales para tener una buena caza o cosecha, honrar a sus dioses, comunicarse con su cuerpo, rebelarse contra el opresor o, incluso, contra la naturaleza misma han sido las principales motivaciones para que la danza evolucione hasta el día de hoy, donde su estatus cultural no ha parado de crecer hasta el punto de ser una alternativa artística profesional contando con cualificadas academias y centros de formación en todas las ciudades del mundo, desde las escuelas de danza clásica de la India hasta las escuelas de danza en Madrid.
Camila - 10/11/2023 04:12:39
Hola pueden decirme el autor de este texto? Gracias!